Con sus versátiles programas de imagen y su intuitiva interfaz de usuario, el KaVo OP 3D en sus diferentes configuraciones ofrece una excelencia en la imagen para una gran variedad de usuarios, que van desde los odontólogos generales a los ortodoncistas, y hasta los cirujanos maxilofaciales
El escáner o TAC es un equipo de radiología que da información tridimensional. Pero nuestro equipo está un paso más avanzado porque es RADIOLOGÍA EN TRES DIMENSIONES. Las imágenes que da no son los típicos “cortes” que se muestran en un folio de acetato, es una imagen tridimensional real dinámica que se puede ver en la pantalla: se pueden dar los cortes que se quiera y se puede ver desde donde se desee.
Las tecnologías radiológicas y de software posibilitan la reproducción de la anatomía de la cabeza en una imagen virtual espejo de la real.
Con las distintas “herramientas” del programa podemos diagnosticar patologías, pero sobre todo, estudiar, analizar, diseñar y simular los tratamientos de implantes dentales.
Gracias a esta nueva tecnología, podemos conocer al detalle todas las partes de la anatomía de la boca y como es dinámico, podemos “ver” cada estructura desde la perspectiva que queramos, hacer los cortes en la posición deseada, etc.
Para obtener una imagen tridimensional del maxilar superior e inferior sólo hacen falta entre 8 y 20 segundos de exposición en el escáner. La dosis de radiación es realmente muy pequeña.
Los pacientes pueden estar seguros de estar recibiendo la dosis de radiación más baja posible, sin dejar de obtener la mejor imagen posible gracias a su intensificador de imágenes.
Al ser un equipo de radiología digital, la radiación emitida es muchísimo menor a los aparatos convencionales.
La dosis de radiación varía de 47 a 175 µSv. Los Kv de una exposición van de 60 a 90, y los amperios de 3 a 16 mA.
Además, el equipo nos permite reducir las zonas a radiar. En casos en que no sea necesario estudiar un cuadrante, la radiación se reducirá en un 25%.
Para niños, hay un programa especial en el que todavía se reduce aún más la radiación. Nuestro radiólogo se encarga de ajustar todos estos parámetros para adecuarlo a cada paciente.
Para comprender lo que supone ésta radiación, podemos compararla con la radiación recibida cuando nos hacen una placa de tórax (200µSv) o la radiación natural recibida en un año ( de 2000 a 40000µSv).
Todo esto hace que la realización de un escáner previo a la cirugía implantológica se haga imprescindible en más del 90% de los casos.